Mockus más allá de los mitos: más guerra y privatizaciones
  Radio Café Stereo
  Es tal la magnitud de la crisis que vive Colombia que muchos se han  sumado a la campaña verde cerrando los ojos porque creen que se debe  hacer valer el voto útil, elegir al menos malo o al que consideran que,  por lo menos, es ético. 
La honestidad es una norma de conducta  fundamental. En este punto hay acuerdo general. Pero ella no basta.  Todos los candidatos deben demostrar su probidad. Es el punto de partida  de cualquier campaña electoral decente.
La corrupción ha crecido  tanto en el Gobierno de Álvaro Uribe que la rectitud parece ser ahora  la única tabla de medición de los aspirantes a la Presidencia. Sin  embargo, además de ella deberían tenerse en cuenta otras aptitudes  determinantes.
Entre otras cosas, porque en nombre de la  transparencia también se puede actuar en contravía de los intereses  colectivos. Por ejemplo, entregar bienes públicos en detrimento del  erario bajo la controvertida figura de la  "capitalizació n", como hizo Antanas Mockus con una parte de la Empresa  de Energía de Bogotá, no es consecuente.
Y precipitarse detrás  de una opción sin importar lo que su líder plantea de fondo, más allá de  la forma, es una decisión que puede resultar costosa. No se trata de  que el candidato o su partido se identifiquen en todos los puntos con el  pensamiento de cada elector. Pero sí en los asuntos medulares,  irrenunciables.
Los seguidores de Mockus proceden de dos ámbitos:  1.-) uribistas que saben que el ex alcalde de Bogotá no representa  ningún riesgo para la continuidad de la "seguridad democrática", y, 2.)  no uribistas, que lo ven como la única opción viable frente al poderío  del Gobierno.
Los primeros perciben a Mockus como una alternativa  ante el cansancio que les causa un mandato corrupto al que, sin  embargo, han acompañado durante ocho años perdonándole todo: la  parapolítica, la yidispolítica,  los "falsos positivos", las chuzadas del DAS, el Agro Ingreso Seguro,  los privilegios para los hijos del Presidente y tantos escándalos más.
A  este primer grupo Mockus le brinda confianza, pues es conocido que el  candidato verde dará continuidad a la estrategia de confrontación  prolongada que desarrolla Uribe y, además, es sabido que Mockus, por su  carácter neoliberal, seguirá la senda de las privatizaciones y el  fortalecimiento de la "confianza inversionista" .
Lo anterior  explica la enorme simpatía que en periodistas del establecimiento,  uribistas de primera línea, ha despertado Mockus y el inusitado impulso  que varios de los grandes medios de comunicación están dándole a su  campaña, apoyo que incide de forma determinante en su crecimiento en las  encuestas.
Los del segundo grupo, los no uribistas, sienten a  Mockus como "la única forma de frenar a Santos y sus falsos positivos", y  desestiman a quienes  proponen debates más allá de las formas, como si no quisieran que les  aguijonearan la burbuja en la que parecen estar.
Figuran en este  sector algunos que en la consulta interna del Polo rechazaron la  candidatura de Carlos Gaviria y ahora no dudan en abandonar el barco al  ver al escogido, Gustavo Petro, sin opciones.
Los  interrogantes Así, es importante auscultar los planeamientos de  Mockus en relación con algunos de los asuntos medulares de la realidad  colombiana, pues está rodeado de muchos mitos que pintan al candidato  como un paradigma de cambio social que parece no ser real.
Algunos  de los interrogantes que sobre él surgen son:
*  ¿Gastará,  como Uribe en 2009, $19,2 billones anuales del Presupuesto Nacional en  la "seguridad democrática" que ha prometido continuar?
*  ¿Privatizará  el 15% de Ecopetrol, la principal empresa del Estado, como propuso  Sergio Fajardo?
*   ¿Vender las entidades públicas más productivas es una herramienta  válida para financiar la educación y otros ámbitos sociales?
*  ¿Continúa  siendo partidario del cobro escalonado de matrículas, como cuando fue  rector de la Universidad Nacional?
*  ¿Sigue creyendo que los  decretos de Uribe sobre salud "son legítimos" y que la crisis del sector  se resuelve con más impuestos?
*  ¿Los gravámenes a todos los  estratos son la vía para afrontar los problemas del país?
*  ¿Dónde  están las grandes estrategias de defensa del medio ambiente que se  supone son el fuerte de un partido Verde?
*  ¿Su respaldo a la  reforma laboral de 2003, que atenta contra derechos de los  trabajadores, sigue en pie?
*  ¿Por qué se fue a la sombra de  Opción Centro, el grupo amigo del procesado senador Gil, y no optó por  construir partido propio?
* ¿Cree en  realidad que "las balas también son un recurso pedagógicas" como dijo  hace poco?
*  ¿Por qué se atemoriza ante los regaños de Uribe y  ruega que lo siga considerando "un firme timonel de la seguridad"?
*   ¿A eso se debe su rotundo no al acuerdo humanitario?
1.-  Mockus y la guerra: "un timonel firme" En relación con el  conflicto existente en Colombia desde hace 62 años Mockus no se  diferencia en lo fundamental de la estrategia de Uribe. Como casi todos  los candidatos presidenciales, con sus matices, respalda la estrategia  de la "seguridad democrática" y brinda confianza al establecimiento.
Leamos  la valoración que de su posición sobre este asunto hizo el presidente  Uribe el 20 de junio de 2003, cuando lo condecoraba con la Estrella de  la Policía: "…he encontrado en el alcalde Mockus un timonel firme, sin  vacilaciones y sin titubeos".  
[1]   
Uribe caracterizó muy bien a Mockus en cuanto a su  pensamiento, así por estos días, cuando desarrolla una campaña sectaria y  con abierta participación en política en favor de su preferido, Juan  Manuel Santos, el Presidente trate de introducir algunas dudas, más de  forma que de fondo sobre el aspirante del Partido Verde.
"El  alcalde Mockus ha apoyado a la Fuerza Pública en Bogotá con toda  determinación, sin reservas y ha sido una formidable combinación de  pedagogía de la convivencia y de ejercicio firme de la autoridad", dijo  Uribe hace apenas diez meses en el mismo acto.
A las críticas que  recientemente Uribe le ha formulado, Mockus ha respondido mostrándose  extrañado, afirmando de manera sumisa: "Usted es mi presidente, usted es  mi presidente" y cambiando el nombre a la "seguridad democrática" de  Uribe por el de "legalidad democrática". ¿Otra cuestión de forma, nada  más?
En  entrevista con el noticiero CM&, al responder a críticas de Andrés  Felipe Arias, Mockus saltó un argumento absurdo, pero sintomático sobre  el conflicto colombiano: "¡Las balas también son una herramienta  pedagógica!". 
[2]Y en el documento por medio del cual  pactó su alianza con Sergio Fajardo, al identificar la violencia como  uno de los problemas del país, no incluye ni una palabra de condena a  los crímenes de Estado cometidos durante el actual Gobierno.  
[3] 
Todo  indica que a los uribistas que acompañan ahora masivamente a Mockus lo  expuesto en este punto les es indiferente, y es muy probable también que  los no uribistas se hagan los de la vista gorda y no les importe su  rechazo al acuerdo humanitario. Es cuestión de táctica, dirán, y  agregarán que "los esencialismos son anacrónicos".
En términos  claros y concretos, sin titubeos ni recursos anecdóticos, la pregunta  que  muchos esperan que Mockus resuelva es qué hará para sacar el país de la  guerra, si repetirá el gasto que Uribe hizo de $19,2 billones del  Presupuesto Nacional en 2009 para la confrontación. ¿Seguirá esta senda  si es elegido?
2.- Mockus y la política: buscando partido La  actitud del aspirante ante la política ha sido idealizada y se le  presenta como el adversario de la politiquería tradicional. Para  empezar, hay que recordar que en 1998 fue candidato a la Vicepresidencia  de Noemí Sanín, la hoy aspirante del Partido Conservador.
Mockus  aún añora esa alianza. "Tengo mi ladito muy conservador", dijo en la  entrevista con CM& que hemos citado antes, tras reconocer "lo bueno  del Partido Conservador".
En 2006, este matemático de origen  lituano fue candidato presidencial de la Alianza Social Indígena, ASI,  y, sin embargo, no escogió su fórmula vicepresidencial entre las etnias  originarias colombianas,  como era de esperarse.
La seleccionada en aquella ocasión fue  María Isabel Patiño, dirigente de Asocolflores, un gremio de grandes  exportadores a quienes les cuestionan el trato que dan a los  trabajadores vinculados a esa agroindustria.
Su votación en 2006  fue exigua: 146.583 votos, es decir, el 1,23% del total, mientras Carlos  Gaviria, el candidato presidencial de la izquierda, logró 2.613.157  votos, el 22% del total, un porcentaje similar al que Mockus alcanza hoy  en las encuestas y por el cual es presentado como un fenómeno político.
De  acuerdo con la última encuesta, la de la firma Ipsos-Napoleó n Franco  para RCN y Semana, Mockus tiene el 20% del favoritismo, frente al 30 de  Juan Manuel Santos, el candidato directo del establecimiento, y el 12%  de Noemí Sanín.
Hace cuatro años Carlos Gaviria, con un perfil  decididamente de izquierda, despertaba también un gran entusiasmo, el  cual se reflejaría en su  altísima votación, por encima de la de Horacio Serpa, el aspirante  liberal.
Además, es bueno recordar el contexto de la  participación de Gaviria: se trataba de confrontar directamente a Uribe,  que buscaba su reelección con todo el poder de su maquinaria.
No  es tan cierto entonces que la favorabilidad de un candidato visto como  alternativo no tenga precedentes, como afirman los medios masivos de  comunicación. Y para ir un poco más atrás en la historia contemporánea,  Galán, Jaramillo Ossa, Pardo Leal también despertaron expectativas  inusitadas en sus momentos.
Mockus ha hecho su recorrido por no  pocos escenarios políticos, pues participó en el movimiento Sí Colombia  de Noemí Sanín, fundó Visionarios con Antanas, se arrimó a la ASI y  recaló en el Partido Opción Centro
Con Enrique Peñalosa (apoyado  por Uribe en las elecciones para la Alcaldía de Bogotá de 2007), y Luis  Eduardo Garzón derivó en una  agrupación que ya poseía representació n en la Cámara y que lo  exoneraba de la ardua tarea de recolectar firmas para inscribirse.
Pero  Opción Centro tiene sus antecedentes: se trata de un partido en el que  algunos de sus líderes tuvieron nexos con Convergencia Ciudadana,  colectividad extinguida hoy por efectos de la parapolítica.
Veamos  cómo presentó el portal La Silla Vacía, en septiembre de 2009, los  contactos de los 'Tres Tenores' con los orientadores del partido  centrista.
"Peñalosa, Mockus y Garzón no estaban dispuestos a  'adherirse' a este partido, y su objetivo era entrar en condiciones de  igualdad (a mandar). También querían aclarar exactamente el alcance de  la relación de los directivos del Partido Verde Opción Centro con  Convergencia Ciudadana".  
[4] Según el mismo portal, el  partido tiene origen en los ex militantes del M-19 Héctor Elías Pineda y  Carlos Ramón González,  lo mismo que en Daniel García, hijo de Néstor García, también del M-19.
"La  estrecha relación de González y otros miembros con el ex senador de  Santander Luis Alberto Gil, hoy en la cárcel por parapolítica, y el  apoyo del partido a listas de Gil en Santander crearon una sombra sobre  el partido", dice La Silla Vacía en su reseña.
De esas sombras  nadie se volvió a acordar, y menos ahora, cuando el pequeño partido de  centro en el que Mockus y sus amigos se acomodaron hace seis meses se  perfila hoy como la segunda fuerza electoral del país. ¿Desaparecieron  las sombras al calor de la ola verde?
3.- Mockus y la  socioeconomía: ¿más privatizaciones? Las mayores expectativas,  especialmente de los jóvenes, están en el ámbito de las reformas  sociales y económicas. El acuerdo Mockus-Fajardo, que podríamos asumir  como programa de la fórmula presidencial, no es nada explícito en esta  materia.
Su contenido es  un cúmulo de generalidades sin estrategias, que cualquier político  firmaría sin importar su procedencia partidista o ideológica. Lo que sí  es claro es la posición definidamente neoliberal de Mockus, la cual  aplicó en sus alcaldías (1995-97 y 2001-03).
Partidario de  gravámenes generalizados, sin distingos de clases, así lo deja ver en su  compromiso con Fajardo cuando anuncia que se proponen "asegurar el pago  de impuestos justos y adecuados".
   [5] Está por  verse cuan "justos y adecuados" serán las nuevas cargas que en un  gobierno suyo se implementarían, ya que el ex alcalde no es ajeno a  aceptar las exigencias que hacen los organismos de la banca  internacional.
Y es conocida también su defensa de las  privatizaciones de empresas estatales, con todas las secuelas que en  materia de dilapidación del capital social acumulado en ellas tienen  decisiones de esa naturaleza.
Por eso, la Unión  Sindical Obrera, USO, le dirigió una carta en la que lo interroga sobre  la propuesta de su compañero de fórmula, Sergio Fajardo, en el sentido  de privatizar el 15% de Ecopetrol supuestamente para financiar planes de  educación.
"Esta propuesta, además de ser contraria al interés  nacional, demuestra la poca creatividad de su campaña, pues continúa con  la política de privatización implementada por el gobierno de Uribe, que  se inició con la autorización de la venta del 20% de Ecopetrol", dice  la USO en su carta.
   [6]  
Luego de  recordar que las transferencias generadas por Ecopetrol al Presupuesto  Nacional en 2009 fueron nada menos que $18,66 billones, la USO le pide a  la fórmula Mockus-Fajardo que explique "Lo que representaría para la  nación la venta de un 15% adicional de Ecopetrol, puesto que en términos  de rentabilidad social las utilidades futuras de ese 15% irían al  bolsillo de los  nuevos dueños y no para el beneficio del pueblo colombiano".  
[7] 
Mockus  parece no desesperarse por las desigualdades sociales. Haciendo uso de  una de las numerosas anécdotas con las que suele responder, hace poco  recordó que no le importaría pagar sueldos millonarios a altos  ejecutivos con tal de que éstos ayuden a generar empleos.
  [8]  El candidato verde desarrolla su campaña, en todo caso,  mostrándose como el defensor de la legalidad, discurso desde el cual se  pueden validar toda clase de acciones, hasta los atropellos cometidos  por las leyes que aprueba la mayoría vocera de la clase dominante, como  la nefasta reforma laboral de 2003 (Ley 789), que Mockus no cuestiona ni  se propone modificar.
Tampoco incomodaron a Mockus los decretos  de emergencia social expedidos por Uribe, que la Corte Constitucional  declaró inexequibles (contrarios a la Carta Política) en la noche del  viernes  16 de abril. Los consideró necesarios.
"Tocaba declarar la  emergencia y tocaba buscar recursos frescos, tocaba ahorrar recursos… En  su conjunto la acción es legítima, es necesaria", respondió en una  entrevista realizada por La W Radio.
   [9] 
Luego  de conocida la caída de esas normas, Mockus se solidarizó con el  Gobierno y dijo que lo apoyaba en su propósito de llevar los decretos de  emergencia tan nocivos para la salud de los colombianos al Congreso con  el fin de que su bancada los apruebe prontamente. ¿Será esto  corresponder al clamor nacional?
De su opción por los impuestos a  toda costa no queda duda. En la entrevista referida lo patentó: "Hay  que ir pensando de dónde va a salir esa plata [la de la salud] y esa  plata sale necesariamente, en última instancia, de impuestos".
   [10]  La posición frente a las desigualdades y las iniquidades es  la línea que  marca la diferencia entre la derecha, que las ve naturales e  inevitables, y la izquierda, que las considera creadas por las clases  dominantes y extinguibles por la acción de los movimientos sociales.
A  Mockus no parecen desvelarlo esas desigualdades, no las cuestiona en  sus raíces, para él simplemente existen y hay que hacer algo para  contrarrestarlas.
Y para concluir, qué responde el candidato ante  denuncias como la formulada por el investigador social Aurelio Suárez  Montoya, para quien "generaciones de estudiantes de la Universidad  Nacional pagan altas matrículas o soportan exclusión desde cuando Mockus  ingenió el cobro escalonado".  
[11] Sería muy importante  que Mockus resolviera interrogantes como los formulados en este  artículo, y muchos otros, como la ausencia de propuestas ecológicas en  una colectividad que se denomina, precisamente, Partido Verde.
No  vaya a ser que el verde se quede solo en  una presentación simbólica que atrae a muchas personas aferradas a una  esperanza, pero que, sin embargo, no formulan preguntas porque quieren  creer en alguien, aunque para ello sólo se atengan a sus sentimientos y  no a sus razonamientos.
Notas [1]  Ver el  discurso de Álvaro Uribe en: 
http://www.presiden cia.gov.co/  prensa_new/ discursos/ discursos2003/ junio/ascenso. htm[2]  Así  lo expuso en la entrevista con Yamit Amad, director del noticiero de  televisión CM&, el 14 de abril de 2010.
[3]  La Unión Hace  la Fuerza, pacto de unión entre el Partido Verde y el movimiento  Compromiso Ciudadano.
[4]  Ver el artículo Los 'Tres  Mosqueteros' al fin Encontraron Opción en el Centro, en:
http://www.lasillav acia.com/ historia/ 4214.
[5]   La Unión Hace la Fuerza…
[6]  Carta Pública de la Unión  Sindical Obrera, USO, del 9 de abril de 2010, firmada por Germán Osman  Mantilla e Isnardo Lozano Gómez, presidente y secretario general,  respectivamente.
[7]  Ibídem.
[8]  Entrevista con  Yamit Amad…
[9]  Entrevista en La W Radio realizada el 11 de  febrero de 2010.
[10]  Entrevista en La W…
[11]  Ver  el artículo La Negra Historia de los 'Verdes', versión virtual, Bogotá,  6 de abril de 2010. 
http://www.ajpl. nu/radio/ index.php?  option=com_ content&view=article&id=756:mockus- mas-alla-  de-los-mitos&catid=81:europe&Itemid=458