jueves, 14 de enero de 2010

Cedo la palabra

Quiero compartirles este artículo de Ángeles Mastretta que halle en mi infinito cliquear de búsquedas, por eso lo he llamado: Cedo la palabra.
Audacia de las estrellas.
"Siempre que busco un adjetivo con el que elogiar a quién sea, doy sin remedio con la palabra audacia. Los audaces cantan más allá de la regadera, los audaces tienen amores y se consumen en su fuego, los audaces andan por la calle a las cuatro de la mañana sin preguntarse quién los sigue o temblar por quien pueda encontrarlos. Los audaces siembran parques, cosechan ilusiones, son hermosos como luces de bengala, se tiran del paracaídas, se van a Colombia a jugar futbol o a Nueva York a desafiar la nieve, tocar el chelo, subirse al metro a las seis de la tarde y hacer amigos donde pocos los tienen. Los audaces regresan. Los audaces viven más de ochenta años y no le temen al bastón ni a la humildad necesaria para apoyarse en otros. Los audaces, aunque se mueran, enfrentan las enfermedades como si fueran vientos de verano. Los audaces escriben libros como quien cuenta prodigios en un ábaco inmenso y no tiemblan para inventar realidades más atrevidas que la luz cayendo sobre sus escritorios.
Punto: Quienes escribimos nunca estamos seguros de que habrá quien se rinda, tiemble o ría con nuestras historias. Por eso, siempre es bueno compartir esta duda. Gracias por la audacia de ayer.
Punto y aparte: Anoche al volver de una cena y cruzar el patio, ví el cielo transparente y con estrellas. ¿En esta ciudad? Audaces fueron las estrellas y el viento que las trajo. Amaneció con sol.
Punto final: Llego tarde porque la cena me impidió venir anoche.
No sé si habrá españoles en el aire. "
Poesía para hoy: Margarita está linda la mar. Rubén Darío.

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