Como fragmentos de vida. Historias pasadas, que mi memoria no registra a no ser por esos pedazos de papel con imágenes que guardo en una caja, en un pequeño espacio que determiné seria el escondite perfecto de mis horas ya vividas o sobre vividas, dependiendo del momento.
Como un camino, en el que aparecen y desaparecen personas, almas, ángeles. En el que permanecen secretos compartidos, lazos creados. Lazos de sangre y de espíritu; lazos de notas enredadas en imágenes.
Lugares, espacios que no dejan de existir sólo porque no estas allí. Espacios que se convierten en pasajes de existencia, enmarcados en colores y formas distintos. En escalas de grises. En elementos cotidianos que te hacen pensar en Re encuentros, en Perdonar, en aceptar y paradójicamente en olvidar.
Cuadros de vida hechos película muda, escenas de aquí y de allá. De ayer, de hace un año, de hace 30 años.
El tiempo de nuevo es relativo y el espacio perecedero.
Que mas da un minuto o mil años, que mas da una o mil personas.
Ah, pero si que importa el tiempo cuando empiezas a sentir que se te escapa y que no ha quedado nada. Pero si que importa la gente, cuando aquellos que ya no están se fueron sin decir adiós; o los que quedan te refrescan la memoria de tus sueños con aquello que hacen a diario, lo que omiten en particular y lo que cantan o tocan en general.
Que pasaría si no existieran todas esas imagenes, que pasaría si no tuvieramos la oportunidad de plantarnos un segundo en las raíces y dejarnos llevar por esas ancestrales imagenes.
Que pasaría si no tuvieramos el chance de regresar a lo que fuimos, a aquello que nos ha construido, si no lográramos recordar esos pequeños segundos de felicidad entrelazada con otros. Que seriamos, entonces. Que nos queda?
Si, ya se y lo reconzco; no todos nacimos para preguntarnos lo mismo.
Si fuera así tal vez nos aburriríamos, si todos nos preguntáramos lo mismo, no habría espacio para la libertad.
Pero yo me lo pregunto, pero yo trato de volver a esas imagenes de cuando en vez y trato de reconstruir mi vida paso a paso, cuadro a cuadro, momento a momento.
Y bueno, la nostalgia llega, casi que por obligación. Y bueno, los años se van, siempre sin preguntarnos si ya hicimos lo que teníamos o queríamos hacer.
Octubre 10 de 2009
12 p.m.
Sábado.
Como un camino, en el que aparecen y desaparecen personas, almas, ángeles. En el que permanecen secretos compartidos, lazos creados. Lazos de sangre y de espíritu; lazos de notas enredadas en imágenes.
Lugares, espacios que no dejan de existir sólo porque no estas allí. Espacios que se convierten en pasajes de existencia, enmarcados en colores y formas distintos. En escalas de grises. En elementos cotidianos que te hacen pensar en Re encuentros, en Perdonar, en aceptar y paradójicamente en olvidar.
Cuadros de vida hechos película muda, escenas de aquí y de allá. De ayer, de hace un año, de hace 30 años.
El tiempo de nuevo es relativo y el espacio perecedero.
Que mas da un minuto o mil años, que mas da una o mil personas.
Ah, pero si que importa el tiempo cuando empiezas a sentir que se te escapa y que no ha quedado nada. Pero si que importa la gente, cuando aquellos que ya no están se fueron sin decir adiós; o los que quedan te refrescan la memoria de tus sueños con aquello que hacen a diario, lo que omiten en particular y lo que cantan o tocan en general.
Que pasaría si no existieran todas esas imagenes, que pasaría si no tuvieramos la oportunidad de plantarnos un segundo en las raíces y dejarnos llevar por esas ancestrales imagenes.
Que pasaría si no tuvieramos el chance de regresar a lo que fuimos, a aquello que nos ha construido, si no lográramos recordar esos pequeños segundos de felicidad entrelazada con otros. Que seriamos, entonces. Que nos queda?
Si, ya se y lo reconzco; no todos nacimos para preguntarnos lo mismo.
Si fuera así tal vez nos aburriríamos, si todos nos preguntáramos lo mismo, no habría espacio para la libertad.
Pero yo me lo pregunto, pero yo trato de volver a esas imagenes de cuando en vez y trato de reconstruir mi vida paso a paso, cuadro a cuadro, momento a momento.
Y bueno, la nostalgia llega, casi que por obligación. Y bueno, los años se van, siempre sin preguntarnos si ya hicimos lo que teníamos o queríamos hacer.
Octubre 10 de 2009
12 p.m.
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