miércoles, 11 de noviembre de 2009

Angela Becerra. Ella, que todo lo tuvo.

Gracias a un... amigo... me encontré con esto... no pude mas que pensar en este espacio... se los comparto...
(Disculpen lo extenso del texto, pero no pude decapitarlo, sin embargo no es todo, el resto lo pueden encontrar en el siguiente link es: http://www.eltiempo.com/blogs/planeta_lector/2009/07/ella-que-todo-lo-tuvo-angela-b.php)
Un abrazo de AnGeL para todos....

Ella, una escritora reconocida, despierta tras un accidente de coche. Quiere saber qué ha pasado con Chiara, su hija, y con Marco, su marido, pero en el hospital le dicen que viajaba sola. Después de un año de investigaciones, búsqueda y desesperación, se sigue sin saber nada de ellos. Solo le queda un peluche manchado de sangre, testigo de la tragedia.

"Vivía embalsamada en su dolor, sonámbula despierta, pisoteando residuos de sueños desaparecidos que ya jamás volvería a tener. Culpándose hasta decapitarse el alma."

Hace muchos años que vive en Italia y que rompió con su familia en Colombia, pero a raíz del accidente su madre consigue después de muchos intentos ponerse en contacto con ella y junto a una carta le envía las notas tomadas por su padre sobre la historia de su familia en Firenze con la intención de que Ella recupere las ganas de vivir y de escribir. Así, Ella decide volver a la ciudad que tanto amó y en la que conoció a Marco. Su intención es investigar sobre la vida de su antepasada pero, aunque no quiere reconocerlo, vuelve a Firenze para dejarse morir de una vez y olvidar el dolor que no la abandona.

Una vez allí abre por fin el paquete que le envió su madre. En él encuentra unas hojas amarillentas escritas a mano por su padre y llenas de tachones, y unas maderas que ocultan una hoja corroída por el tiempo de la que solo puede descifrar una fecha: 1479, y el dibujo perfecto de una gema. Dentro del paquete hay también un pañuelo anudado que guarda un diamante azul, la piedra de la que tanto le habían hablado sus padres. Una gema que les podría haber sacado de la pobreza y que, sin embargo, seguía en su poder. Un diamante con el cual, según le contaron de niña, hace siglos una mujer se suicidó por amor.

"Cuentan que mi abuela, siendo niña, mientras jugaba a disfrazarse con ropas antiguas, encontró en un viejo baúl un libro envuelto en un pañuelo de seda. Era una especie de diario con lomo de terciopelo rojo e incrustaciones de piedras preciosas: perlas, rubíes, zafiros... Le dijeron que había pertenecido a una adolescente que había muerto en extrañas circunstancias. Mi abuela no volvió a separarse de él, pues lo consideraba su gran tesoro, hasta que una noche, mientras dormía, alguien lo robó de debajo de su almohada y nunca más se supo de él. Al cabo de mucho tiempo, cuando ya se había casado, recibió en un correo anónimo esta página."

En su deambular por Firenze, Ella entra en una librería de viejo regentada por un hombre callado y misterioso. Su nombre es Lívido, un antiguo sacerdote que volvió a la ciudad tras la muerte de su padre para hacerse cargo de la librería. Lívido había sido sacerdote casi por imposición materna y el amor y el deseo por una mujer casada le hicieron dejar el sacerdocio. Aquel amor le rompió el corazón y desde entonces sobrevive como "guardián de los sueños ajenos".

Ella se matricula en un curso de restauración de libros antiguos, camina sin rumbo por la ciudad, intenta volver a escribir, pero no puede. También investiga sobre las historias que le contaban de niña, sobre el palacio Bianchi, hogar de su antigua familia y sobre el diario de su antepasada que pudo ser uno de los miles de libros que desaparecieron con la gran inundación de 1966, sin saber que es Lívido quien lo guarda en su librería como un tesoro que recuperó de las aguas del Arno.

Un día, en el café, Lívido escucha a unos hombres hablar de la Donna di Lacrima, una mujer misteriosa que recibe a hombres ilustres de la ciudad después de que éstos le escriban bellas cartas solicitando su atención. Los recibe desnuda cubierta con una máscara donde destella un diamante azul. La mujer nunca habla, solo escucha y deja que los hombres que la visitan acaricien su cuerpo con algún objeto que signifique algo para sus dueños, que sea símbolo de su poder o de sus miedos: una pluma, un billete, un papel... Allí, los hombres poderosos se dejan llevar por sus emociones, se confiesan, hablan de sus debilidades, de sus miedos.

La Donna di Lacrima no es otra que Ella, que busca con ese disfraz quizá desaparecer de sí misma y también del dolor de la muerte. Y Lívido la escribe también sin saber que es la misma mujer que visita su librería cada tarde y a la que él contempla desde su retiro de hombre solitario y desencantado.

"Ahora tenía la posibilidad de jugar a sentir. Provocar en una mujer totalmente anónima y desconocida un cúmulo de sensaciones. Si ella jugaba con su silencio y su máscara a impresionar a los hombres, él jugaría con palabras de otros a tocar su alma, algo que le seducía mucho más que acariciar el cuerpo por el que muchos hombres suspiraban."

Entretanto, Ella sueña pesadillas de muerte con su marido, con su hija, que la reclaman su atención cada noche desde el otro mundo. No puede más y decide matarse. Para ello acude a un anticuario y compra un arma antigua. Pero aún no está preparada. Quiere esperar a que sus seres queridos estén muertos de verdad, a que se encuentren sus cuerpos y ella pueda descansar junto a ellos.

Vive acosada por fantasmas, fantasmas reales y fantasmas imaginados. El fantasma de su abuelo y sus abusos, las uñas repugnantes de su abuelo violando su intimidad una y otra vez. El silencio, el miedo, el asco, la ceguera de su madre y su incomprensión. El fantasma de su hija, cuyo rastro busca cada sábado en el lugar del accidente.

Pero su mayor fantasma, su mayor miedo, es encontrarse con la Otra, la que la acecha desde el espejo, la que le reprocha la muerte de su marido y de su hija, la que acusa, la que ríe con maldad de su dolor, la que le hace dudar de todo y la impide seguir con su vida. Parece como si el querer olvidar la tragedia, pasar página, fuera el detonante para que la Otra aparezca y la reproche su intento por ser feliz.

Sabatini, su profesor de restauración, será quien descubra casi por azar el fantasma que la acosa y será quien se lo cuente a Lívido, lo que hará que este decida arriesgarse para salvar a Ella y salvarse a sí mismo. Pero un primer beso de los dos, un beso mágico precursor de muchas otras cosas, provoca que la Otra tome el poder de su cuerpo y la encierre en su habitación sin que nadie sepa nada de su paradero.

Pero Lívido no está dispuesto a dejarla sola y luchará para que Ella se enfrente a la verdad, una verdad que estará a punto de destruirla.

2 comentarios:

  1. Para Eigna, que por favor ponga el vinculo de enlace y desde ahí se puede acceder al hipervinculo. Es fácil. En la página del blog aparece arriba y se le agrega en el espacio de la ventanilla, y se accede. Queda azul y hasta se ve bonito y listo....

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  2. Gracias Marcelo, es que soy nueva en esto de los blogs!
    ;)
    pero ya hice lo que sugeriste!

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